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Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedINLas comidas navideñas pueden traducirse en un quebradero de cabeza. Más allá del habitual y engrosado menú, queda pensar en la decoración navideña y en la oportunidad de darle un toque distinto a nuestras cenas y comidas vistiendo la mesa de una forma especial. Vajillas heredadas, un ajuar entero de copas que se apilan cogiendo polvo en la estantería del salón... Es la ocasión perfecta para sacar toda la artillería y deslumbrar a los invitados.
No sobrecargar
La Navidad es una ocasión especial, pero no es por ello el momento de llenar la mesa de objetos inútiles que puedan convertir la comida en una pesadilla para nuestros invitados. El menú ha de ser el centro de la reunión, y la decoración un mero acompañamiento. Hay que tener en cuenta que si ponemos objetos de altura los comensales no podrán verse entre sí, es muy dificil entablar conversación con un candelabro de casi medio metro entre medias. Ojo también con los manteles de motivos navideños, una cosa es un reno, y otra, el parque entero de Santa Klaus.
Utilizar protector de mesa
Además de evitar que nuestra mesa acabe llena de manchas indeseadas, y de quemaduras por colocar cazuelas o platos calientes, el muletón fija el mantel y evita que todos los objetos que coloquemos encima se muevan.
Elabora tus propios centros de mesa
Ya hemos dejado gran parte del presupuesto en viandas con las que llenar los platos, así que economiza y echale imaginación. Unas bolas del árbol del año pasado, unas guirnaldas e incluso unas ramitas de pino pueden convertirse en un centro digno de admiración. También se puede utilizar un bajoplato sobre el que colocar velas de distintos tamaños y cubrir el fondo con hojas secas.
Dale uso al fondo de aparador
La vajilla de la boda, la cubertería de tu madre o esos vasos tan modernos que nunca usas por miedo a que se rompan. Saca todo tu repertorio y dale el uso que se merece, además, si entre los invitados está la persona que te lo regaló será un dos en uno. Recuerda que si algún elemento de tu vajilla es muy llamativo -platos con motivos o vasos coloridos- debes darles la importancia que se merecen, con una mantel sobrio, sin relieves ni estampados.
Utiliza bajoplato
La regla número uno es no colocar un plato hondo directamente sobre la mesa, utilizar siempre uno llano -aunque no se vaya a utilizar- o un bajoplato. Este elemento se ha puesto muy de moda, porque permite vestir la mesa de una forma elegante sin mucho quebradero de cabeza. Además, podemos encontrar un gran abanico de ellos en cualquier tienda y a todos los precios, podemos gastar desde dos euros hasta treinta.
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